miércoles, 5 de octubre de 2016

Recta final



–Este está cada vez más despierto.

–¿Te has fijado?, se mueve de forma continua, como si saludara.

–Sí, pasa rozando la superficie, ¡como los tiburones!



Compañero, se acabaron las charlas, las transformaciones y ese seguimiento continuo de lo que hasta ahora ha sido el bicho. El proceso sigue en marcha pero ya lo conoces, sabes más o menos cómo funciona y toda novedad recae en el paso siguiente. Ahora más que nunca visualizas el cara a cara; a fin de cuentas es eso lo que estabais esperando. Si hasta este momento la evolución del bichejo hacía imposible pensar siquiera en la espera, ahora es cuando llegan con fuerza las ganas de ver a tu Tal.

A estas alturas ya tendrás el recorrido al hospital aprendido (o deberías), con un par de rutas, un plan de escape para tenerlo todo listo y un billete al Quinto Pino por si te arrepientes. Seguramente estás planteándote ya tener en el coche el carro, el cuco, la silla del coche, un cojín de lactancia, un juego de destornilladores, una llave inglesa y una manta fina, por el “¿quién sabe?”; por ahí andará la maleta de emergencia, a cremallera cerrada, con ropa para tu Tal, pañales, toquilla, baberos, una bata cómoda, zapatillas para tu señora y útiles de entablillar para cuando estrujen tu mano en el parto. Claro que, conociéndonos, también es posible que todo se deje para más adelante y acabes el día del lanzamiento con una bolsa de plástico, pillando todo lo que puedas coger de un zarpazo; sea como sea, lo más importante lo llevaréis seguro, ese no se escapa del huevo hasta la fecha indicada.

El caso es que tu Tal está ahí ya, casi puedes tocarlo pero queda. Queda tachar los días y esperar. Y es este último paso, el que parece más estático, el que más va a notar tu señora, porque es ella quien lleva ese peso que aumenta conforme llega a su destino y eso, por mucho que te esfuerces, solo lo puede comprender ella y el tipejo ese que llevó un anillo a Mordor. Así que toca hacer de “Su Sam”, que ella descanse, se alimente debidamente, de paseos y haga poco más que dar el último horneado al pequeñajo.

Así que, ánimo, aun queda trecho por recorrer en este último tramo. Pasa lento y parece ser, por la cercanía, el más difícil, pero también el más esperado. Salvando la última eco, la próxima vez que tengas noticias de Tal estará en vuestros brazos y debe ser algo increíble, básico e instintivo, una sensación única diseñada para aguantar las horas de lloros y sueño que tu Tal os va a regalar. Eso es así, y debe ser una experiencia absolutamente terrible, de lo peor que vas a vivir; que muchos deciden repetir.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Vientos de cambio


- ¡Madre mía, cómo se mueve!

-¿A que es increíble?

-Impresionante sí, pero como plante la cara va a empezar a dar grima.



Llegada la semana 32, compañero, el bicho sigue creciendo; ahora cuando se mueve se nota bien claro en el huevo. Cuando llega la hora feliz, normalmente cuando tu señora decide que es buen momento para descansar, podrás ver un bulto aquí y luego allá que hace que te preguntes si no hará carrera en el Circo del sol. Pero si hay algo que vale la pena experimentar es ese momento en que apagas las luces, posas la mano sobre la tripa de tu señora y todo queda en calma, ese punto en que estás a una toma de aire de dormir y coge el bicho y se mueve como dando las buenas noches. No te cabe la menor duda de que está ensayando para cuando se dedique a joderte el sueño, pero la verdad es que es increíble y lo disfrutas.

A estas alturas de la historia si vas a una ecografía ya puede verse lo que te dicen que hay. Esta vez va en serio, sin demasiada imaginación verás que los pies son los pies, la cara cara y las manos estarán ahí bastante definidas.

Lo cierto es que ahora comienza su propio camino y puede que haya empezado a encajarse. A partir de ahí la expulsión se ve más cerca y las preguntas llevan más al qué vendrá. Empieza el tiempo de las charlas, el plan de parto, el de postparto, el desembarco de Normandía y la declaración de la renta; en definitiva, la concienciación del final del bicho y el nacimiento de tu hijo. Estás en el momento del qué harás, qué cambiará y cómo será... Por mucho que pienses en ello no llegas a nada, es lo que tiene no saber leer el futuro ni tener un DeLorean en el garaje. Aun así no das por perdida la batalla, miras los vástagos de los demás analizando su comportamiento y el de sus padres y llegas a la conclusión de que, como todo en esta vida, cada uno se apaña bastante bien haciéndolo lo mejor que puede, a su manera, con algo de consejos y mucho de prueba y error. Así que da igual; llegada la preocupación por el cambio recurres a las palabras del de Lampedusa, aquellas "si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie", si funcionó con una revolución ¿cómo no ha de funcionar con un niño?... De acuerdo, no he dicho nada, que venga lo que venga, no nos queda sino adaptarse y disfrutarlo.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Palabrejas

Desde que empiezas con esto de la preñez van apareciendo, día sí y otro también, una serie de novedades. Unas forman parte del día a día y pasan enseguida a la normalidad; otras extrañan un poco más. Los términos usados para describir algunos aspectos de este periodo forman parte de las segundas; porque a veces te preguntas quién cojones inventa esos nombrecitos, y solo Menguele acude a la respuesta. Para muestra, dos botones.


Meconio

Nombre amable donde lo haya, al menos es honesto. El término viene del griego mekonion y del latín meconium, describe el jugo de la cabeza de amapola y se utiliza para designar la primera defecación de la criatura, por similitudes visuales; teniendo en cuenta que es una bomba de 9 meses de maceración, imagínate lo encantador del asunto.
En verdad el meconio forma parte del medio en el que flota el bicho durante su gestación y, como todas las cosas que están ahí dentro, tiene su porqué, básicamente son los restos de lo que en su día le sirvió de alimento. El problema viene cuando ya no son necesarios sus servicios y llega, como acertó a decir uno de estos avanzados que ya han traspasado la frontera de la preñez, "la gran cagada": una pasta verdinegruzca, desestructurada, maloliente y pegajosa que tienes que quitar del bicho aproximadamente al día de haber nacido (cuanto más tarde en llegar más grande será la caída) y para el que no puedes usar rasqueta, cincel ni lija, aunque sea de grano fino; no te queda otra compañero, delicadeza y dedicación para con la putrefacción por el bien de tu vástago.


Calostro

¿Pero a qué alma oscura se le ocurre nombrar así a algo relacionado con el bicho? ¿Calostro?, ¿en serio?, ¿eso muerde?
Si te cuento que el calostro, del latín colostrum, aparece después de nacer el bicho y antes de la llegada de la leche materna, la cosa no mejora. Cuando te enteras de que es un líquido amarillento y descartas dientes y zarpas, comenzamos el camino agradable del susto menor; pero amarillento sigue sonando fatal.
Por suerte aquí la naturaleza echa un cable y todo lo malo que lleva este nombre se queda en eso mismo, en el nombre, ya que ese líquido amarillento es un superalimento de verdad, un cóctel de proteínas y anticuerpos que le ofrece al bicho tu señora unos cuatro días después del parto, lo que viene a ser un regalazo en respuesta al maldito meconio que el bicho os dio... no le des vueltas... cosas de madres.


Y te quedas pensando que es curioso, que posiblemente quien ponga estos nombres esté pensando en conceptos y definiciones, que posiblemente tenga mucho sentido y que en cuanto pase un tiempo estas palabrejas, como todo lo demás, pasarán a ser cercanas y hasta simpáticas. Es entonces cuando, casi sin quererlo, cargas las palabras en tu vocabulario y empiezas a plantearte si no sería buena idea llamar a tu próximo vástago Meconio o discutes sobre la conveniencia o no de darle un calostro al bichejo de vez en cuando.

miércoles, 10 de agosto de 2016

¡¡¡Grabandooo!!!

-¿Se acordará de todo?

-Sí

-¿De todo, todo?

-Digo yo que sí...

-Entonces mejor dejamos la peli de zombies para otro día.



Al pasar la barrera de la semana 25, parece que ya no hay novedades en el frente, nada reseñable... si te oye tu señora decir eso, prepara la caja, porque seguramente andará con dolores de espalda, hinchazón, molestias varias, ardores, micciones intermitentes, etc. Aunque no las tendrá todas, con que lleve alguna ya tendrá bastante como para que le andes con que ya está todo el "pescao vendío".

Pero la verdad es que la tripa está ahí, ya sabes que el bicho oye, sabes (si has querido) si es él o ella y tienes, si no acabado al menos encauzado, el planning para hacer acopio de los enseres... así que parece que lo único que falta es verlo cara a cara.

Entonces caes en que esas turbulencias estomacales, sorprendentes pero algo lejanas, que te hacían estar una hora mano en tripa como médium intentando recibir señales del otro lado, van aumentando. Ahora el movimiento se empieza a ver desde fuera y algunas de las patadas sobrepasan lo que imaginabas posible para un bicho tan pequeño, hasta el punto de que empiezas a plantearte si no hubiera sido mejor llamarle, en vez de Tal, Strómboli.

Aunque lo más sorprendente de todo es cuando te enteras de que a la criatura se le ha encendido lo que viene a llamarse la memoria primitiva, vamos que tiene el botón de Rec apretado y vuelves a ver el envoltorio de otra forma. Resulta que lo de la memoria primitiva aúna un inicio de raciocinio y la capacidad de retener todo lo que escucha a un nivel, como su nombre indica, primitivo: cánticos, silbidos, tonos, gruñidos, aullidos e invocaciones varias; es decir, se queda con el cómo más que con el qué, pero se queda. Ya no es que te oiga, es que lo que escuche ahora le devolverá las sensaciones de este momento en el futuro. Si cantas muy mal no te preocupes, si llueve no se moja y a estas alturas ya sabe taparse los oídos.

Lo que en definitiva es cierto es que, aunque pensaras que no, tu Tal todavía puede estar más cerca antes de salir y hace que te preguntes qué leches será lo siguiente.

jueves, 28 de julio de 2016

Apliques


Pues que quieres que te diga, me parece una chorrada comprarle un flotador al bicho.

¿Qué flotador, eso es el cojín de lactancia!!


Compañero, es hora de que lo sepas: tu Tal tiene más piezas que un transformer. Esto es una verdad como un templo. He intentado averiguar el porqué de que algo tan pequeño necesite tantos apliques, pero me cansé antes de llegar a algo.

Tienes ante ti una legión de objetos de lo más variado con una sola cosa en común: todo acaba en -ito/a menos el precio. Así tendrás el carrito, la bañerita, la cunita, el capacito, y el tique de compra que, ese sí, acaba en -ones.

Para saber todo lo que necesitas existen blogs detallados de gente más ducha en la materia que yo. Aquí el tema va de prepararse mentalmente para lo que viene...

Cosas trampa: cantidad de artilugios de dudosa utilidad que alguien jura están a punto de revolucionar el mundo y que hacen crecer a los niños más altos, fuertes, listos, guapos y sanos. Bañeras como probetas que reproducen el estado larvario del bicho y otros chismes que valen una leña,

Muñecas rusas: carritos que llevan capacitos, bolsitos, sillitas, etc. al final un todo en uno que viene genial para guardar y con el que necesitarás mucha paciencia para no acabar buscando la radial y el soldador.

Cosas prácticas:
verdaderas joyas del mundo de los cachorros humanos, bañeras en alto para no disparar los riñones, tronas para minimizar el espacio de desparrame alimentario de la criatura, saquitos del pan donde guardar al bicho para que no tenga frío (olvídate de ponerle más capas que a una cebolla)...

Cosas por capricho: lo siento pero las hay y siempre acabas picando algo, una camiseta de "no soy una princesa, soy una Khaleesi" o "ABϟCD", fichas de primer nivel, cosas de grupos, chupetes tuneados o gallumbos de cuerpo entero con ventanita pa cagar al más puro estilo western... si algo te gusta, lo tienen, así que ándate con ojo y mira poco.

De todas formas no te asustes que aquí entran en juego los verdaderos pioneros de este post. Los héroes olvidados que compraron todos estos cachivaches para su primera criatura y que altruistamente lo ceden una y otra vez al resto de descendencias. A poco que busques los encontrarás, se esconden entre familiares, amigos y conocidos haciendo gala de una admirable humildad, mostrándose ante la más mínima mención de la palabra "bebé". Gracias mil, a todos estos adelantados que su mérito tienen.

Al final, cuando tienes todo dispuesto, tomas un poco de tu tiempo, te sientas en la habitación que has preparado para tu futuro Tal y comprendes a la perfección que los pequeños vengan con un pan bajo el brazo; porque, con todo lo que le espera a este lado del saco amniótico, qué menos, compañero, qué menos.

jueves, 30 de junio de 2016

Moco o moca

-¡Si es niño lo vestiré de sheriff!
-¿Y si es niña?

...

-¡¡De sheriff!!


Hacia la semana número 20 te dicen el tipo de anclaje que tendrá el bicho. Es algo informativo, aparentemente nada relevante... aparentemente.

Depende de a quién preguntes, las respuestas irán del "da igual" al "no se parecen en nada". Puestos a elegir, lo suyo es que salga con todas las piezas y ya montado. Las niñas crecen antes y tienen un dominio mayor de lo social / los niños son más rebeldes y guerreros pero nobles, esas son las afirmaciones que más se repiten; pero me da a mí que lo mismo estás ultimando la matrícula del instituto de tu niña bambú (crecen hasta 1m al día), o preparándote para los pulsitos del pequeño bestiajo y resulta que alguien, sin avisar, por supuesto, da la vuelta a la tortilla y donde debía haber crecimiento rápido tienes una salvajita de mucho cuidado y donde esperabas un minibárbaro, te toca pensar en tres años por adelantado. Y es que los humanos somos así, tocapelotas con las líneas fijas.

De momento solo puedo apostar, y personalmente apuesto a que, a la hora de la verdad, da igual lo que sea. Tú ya marcarás pautas y orden, así que mejor dejarle al bicho la elección de juguetes y colores. Independientemente del anclaje, podrá desarrollar un carácter u otro y se le dará mejor una actividad u otra. El mito del esfuerzo físico como exclusividad masculina (salvo extremos) ya cayó, de igual modo que la sensibilidad o el savoire faire, bastión tradicional del ámbito femenino. Existen afinidades y sabemos hacia dónde suele soplar el viento, pero las sorpresas no te las quita ni dios; es la salsa de la vida.

Y a pesar de todo esto, el saber si es niño o niña es más que relevante. No por lo que vaya a ser o hacer, sino porque con cada paso lo sientes más cerca. Si el alienígena pasó a astronauta, ahora es un bicho humano, un él o ella (tu Tal o Tala), y de algún modo esa lejanía se acorta a toda leche. A partir de ahora, compañero, cada vez que se remueva en su huevo, que pida antojos a demanda o que revolucione a tu señora, podrás maravillarte o cagarte en algún género en concreto y eso une que no veas.

miércoles, 1 de junio de 2016

Rayos gamma

"-¡Oh, gran acreedora de mi devoción! Dejo aquí unos dulces para aplacar tu ira.
­-¡Qué quieres, que pille diabetes gestacional?"

Hola compañero, hay algo de lo que tenía que haberte advertido hace tiempo. Lo siento, la verdad es que me he esperado para que fuera demasiado tarde y así no quedarme solo.

Desde el momento en que tu señora comenzó a ser madre, ha iniciado el camino de la mano abierta. Seguramente habrás oído campanas, todo es completamente cierto; a su lado Gengis Khan, Juana de Arco, Hulk, Terminator o el Chunorris no son nadie. Puede que no se líe a mamporros pero acaba de ganar la capacidad de generar explosiones de ira. Debes saber, compañero, que una colleja suya no servirá para sanarte, pero mandará tus vértebras al último estante de la casa. Los pobres machos de las mantis pueden corroborarlo... bueno, la verdad es que ya no.

Entonces... ¿qué hacer?

He estado investigando, preguntando a los supervivientes de Mrs. Hyde. Estos exploradores coinciden en la misma idea: Paciencia. Al fin y al cabo ella tiene más que razones para estar así. Todo ser humano en situaciones extremas muestra su verdadera cara, con una horrible mueca por el estrés. Eso que estás a punto de conocer es tu señora en estado puro, sin límites morales. Y es que tener un bicho vivo dentro es de por sí una situación extrema que nadie más que ellas (y el tipo de Alien al que le sentó mal la cena) pueden entender.

Si buscas consejos debo decirte que cada uno ofrece los suyos y la inmensa mayoría cambian, lo que me lleva a pensar que las señoras deben de ser muy distintas entre ellas. Así que lo único que se me ocurre es enumerar algunos para que vayas probando; si sobrevives es que has acertado a la primera. ¡Enhorabuena!, ya tienes alguna oportunidad más que los pobres machos de las mantis.

1) Sé sincero salvo que te pidan que mientas.

2) Todo es "Sí", salvo que el "No" se imponga como más acertado, pese a lo cual, en caso de percibir cualquier gesto extraño o muestra de sorpresa, debes regresar inmediatamente al "Sí".
3) Ella está guapa, no sé muy bien el motivo pero está exuberantemente guapa. Díselo, no hay problema, le gusta y la mantendrá en calma; aunque, recuerda, está "guapa" nunca "más guapa", piensa en todo momento en tu salud.

4) La vida te hace un regalo a ti y a Tal. Y es que esa sutileza carnal o esa voluptuosidad sensual que te volvía loco ahora ha aumentado y no solo en uno de sus frentes sino en las dos. Eso sí, la sensibilidad también, así que ojito si no quieres acabar como los machos de las mantis.

5) "¡Ay mi preñada! ¿Cómo está mi kinder sorpresa?" A veces funcionan y a veces no. Si se le pone cara de novia vas bien, si cambia a cara de madre, busca alguna forma efectiva de cambiar de tema.

6) Antojos. La racionalización no existe. Si te dice que se le antoja algo olvídate de hacerle ver que no es necesario o de preguntarle qué pasaría si no lo comiera, digas lo que digas va a seguir queriéndolo. Ten por seguro que el antojo aparecerá cuando menos te apetece y te hará acudir a donde menos quieras ir. Por si se te había ocurrido, no compres más de uno, si lo tienes en casa no lo querrá. Creo que son reminiscencias del pasado cazarrecolector; lo que le va es verte salir a por la pieza en el peor momento del día.

7) Si todo lo demás falla, acudiré a algo que leí en la enciclopedia mundial de la preñez, (o puede que fuera en el facebu): cuando todo lo demás falle huye y si esto no fuera posible, tírate al suelo y hazte el muerto.

Suerte compañero y recuerda que no estás solo, acuérdate de los machos de las mantis...

Hoy más que nunca, espero verte en la siguiente entrada.

viernes, 20 de mayo de 2016

Receptores


¿Que me está oyendo?
¿Todo el tiempo?
...
¿Hoo-la?


Dicen que en torno a la semana 14 el bicho oye. Que sí, tal y como suena, no ya la voz de la madre en plan documental o los comentarios de los extras de una peli, a fin de cuentas está dentro de ella, sino la tuya y la del resto de la gente. Y no necesita auriculares en la tripa, home cinema o que grites como cuando los españoles hablamos inglés.

Piensas en él dentro de tu señora, analizando el espacio exterior mediante el sonido, suspendido a lo 2001 y te das cuenta de que el alienígena ha pasado a ser astronauta y está un poco más cerca de vuestra especie.

Lo imaginas ahí en su medio y llega esa sensación agradable que da escuchar a la gente mientras estás sumergido en la calma y calidez del agua. Porque las tomas de contacto se deberían de hacer así, desde la lejanía científica del sonido, luego ya vendrá la exploración de campo.

Y es posible que te preguntes que cómo sabes que oye. La verdad es que no tienes ni idea de cómo descubrirlo, crees que su capacidad auditiva está en marcha porque en algún momento debería de empezar y porque, qué narices, te gusta la idea.

En verdad es un primer contacto con vosotros. El más íntimo lo tendrá con tu señora, a ella la debe escuchar como cuando estás a punto de dormirte y escuchas hablar, como una voz en off, quizás como lo que suena en tu cabeza ahora que lees esto, pero con el impresionante matiz de que es la primera voz que va a oír. La tuya, sin duda, será la segunda en importancia; en algunos casos puede que la oiga más que la de su madre (los hay que no callamos ni bajo el agua). Dicen los que saben que distingue tonos, entonaciones y estados de ánimo; entonces por qué no hablarle tal y como eres. Total, va a ser vuestro compañero de piso, así que que se vaya acostumbrando.

Y si es así, si todo primer contacto es importante, ¿por qué no tener algún detalle con el astronauta? Al fin y al cabo tiene la dura tarea de descubrir que al otro lado de la placenta se encuentra su propio planeta.

No debe de ser fácil, aunque la curiosidad es un motor que ayuda con cualquier esfuerzo. Pero piensa en todo un día recibiendo estímulos auditivos de un mundo exterior del que no sabes nada. Piensa en analizar cada tono y timbre, y en distinguir la información real de las estupideces que hacemos los adultos ante una tripa con astronauta. Por fin llega el momento de acabar un día duro, suspendido en tu postura favorita y chuparte tu recién encontrado dedo para cerrar, poco a poco los ojos y quedar completamente dormido.

¿Qué tal un poco de ayuda? Sea pues.

Buenas noches Tal. Buenas noches Boecio.



martes, 3 de mayo de 2016

La primera foto

Caballero, es la otra pantalla... la que NO está apagada.


A lo largo del preñamiento, pasaréis por 3 o 4 ecografías. Normalmente son 3; 4 si se hace una previa a las oficiales. Si además vais por la privada, tenéis enchufe o una máquina de ecografías en la mesita de noche, veréis unas cuantas más.

En principio con 3 va bien, salvo que algo se haya complicado. Y complicado significa eso mismo, un poco de reposo y echarle más el ojo al bicho, pero poco más.

El caso es que toca ir a que le saquen la primera foto de carnet a "Tal" (a partir de ahora lo dejo sin comillas, acuérdate de sustituirlo por el nombre que quieras, aunque la verdad es que Tal también tiene su punto...). Los prolegómenos son bastante sencillos: a tu señora le dejan tumbarse, le ponen crema fresquita en la tripa y le masajean con un cacharro; tú mientras estarás sentado en una silla y, no, no hay crema ni tumbona ni masaje para ti, ni siquiera palomitas.

Si vas por la pública seréis unos cuantos esperando, en la privada puede que también y encima pagas; por suerte el sistema de turnos ayuda.

Prepararse mirando los dibujos aquellos que salían en 3D si te ponías bizco no es necesario; tampoco le des muchas vueltas, aunque parezca mentira, al final todo tendrá sentido. Lo que ves es una especie de carretera negra vista en perspectiva y una textura grumosa de varios tonos de gris a ambos lados. Te dirán que es el útero que si tal o cual, tú mira con cara de entendido y asiente solemnemente, tranquilo, ya te digo que al final todo tendrá sentido.

En medio de la carretera esa estará Tal, ahí recogidico. A primera vista parece un alien, bastante feo, pero no lo digas, suele tomarse a mal; lo importante es que tiene de todo y ya viene montado. Puede que no sepas qué es la cabeza y qué el culo; te dirán que si ves las manitas o los pies o cualquier otra pieza, tú tranquilo y asiente solemne. El médico, que hace de operador de la máquina, medirá a Tal para ver que concuerde con el tiempo que lleva fraguándose; ahí, con la ayuda de la pantalla y las líneas de medición, es más fácil hacerse una idea de qué es qué. Aquí se confirma que los humanos en periodo de gestación venimos de otro planeta, vamos que somos enanos, cabezones y, hasta la semana 20, asexuados... pero la ostia de cabezones.

Y llegado a este punto, puede que te quedes un poco extrañado; como alejado de ese alienígena que ni habla, ni saluda ni nada; tú sonríe tranquilo. Porque cuando menos te lo esperas, cuando empiezas a ver la pantalla preguntándote qué se debería sentir, coge el bicho da un respingo y se mueve. Así de golpe, ¡se mueve el cabrón! Y te viene a la mente el momento en que enchufaste tu primer trabajo de tecnología y viste que aquello iba solo. Alucinas, se te va la vista a tu señora y se te olvida que le hayan dado la silla más cómoda y le hayan puesto la cremita, porque está ahí con la misma cara de idiota que tú. Pero lo mejor está por venir, porque es entonces cuando el médico, que en esto ya es perro viejo, le endiña al audio y oyes el latido de tu Tal. ¡Me cago en la leche, los pelos como escarpias y un hormiguero entero en la nuca!, tu mente recurre a los clásicos y te trae en primer plano a un Victor Frankenstein gritando como un loco: «¡Vive!». Y sales orgulloso, sonriendo como un tonto con la sensación de que, al final, todo es tan absolutamente increíble que tiene sentido.

miércoles, 20 de abril de 2016

El nombre

Lo tienes: fresco, solemne, con un puntito gamberro y cierto toque señorial sin caer en la grandilocuencia. Vamos, uno de esos nombres con personalidad que sabes que le va al chiquillo como la piel que lo reviste, pero que por alguna extraña razón el resto del mundo no acaba de ver; pobrecillos, no saben lo que hacen.

Sabes que no hay nombre mejor, que de llevar alguno ha de ser ese; solo es cuestión de tiempo que los demás acaben viendo la luz. Es por eso que la mejor solución pasa por hacer que ese nombre forme parte de todo. Nómbralo cuanto antes, lo ideal sería comenzar desde el primer momento en que tengáis noticias de que se está fraguando o, si me apuras, desde que os empecéis a plantear el pergeñarlo.

Los nombres son como la gente, por raros que sean, cuanto más veces los ves, más familiares te resultan, hasta el punto de que acaban formando parte de tu propia visión del mundo.

En lo que a ti respecta donde estuvo el bebé, ahora está "tal". Así, cuando charléis de cómo irá el asunto, habla de cómo irá cuando esté "tal". No dudes en comentar acerca del carro de "tal", la ecografía de "tal", la cuna de "tal", los potitos y los pañales de "tal", la declaración de la renta de "tal"... cualquier momento es bueno.

Sé paciente, sé tenaz, y el día menos pensado comenzarás a oír: ¿cómo va "tal"? Ese primer paso será la confirmación de que vas por buen camino.

¿Y después?

Poco más puedo decirte, salvo recordarte que esto va sobre la marcha. Los pasos nos han traído hasta este punto, el resto es cosa del futuro. 

Solo me queda desearte suerte y esperar que dentro de 9 meses nos tomemos algo tú, tu "tal", mi Boecio y yo.

viernes, 8 de abril de 2016

Anunciamiento

Parece ser que la preñez es algo bastante común y, a la vez, lo suficientemente singular como para que haya que anunciarlo. Así que a uno solo le queda preguntarse: cuándo y cómo se dice.

Al parecer, a partir de las 12 semanas el bicho está lo suficientemente fraguado como para hablar de él sin que dé mal fario. No sé, me da a mí que es tema de hablarlo cuando te dé la gana; sea nada más te lo chive el "predator" ese o cuando el nene tenga 40 años. De todas formas, el primer anuncio lo dará ella; esto no suele fallar. Lleva algún tipo de conexión wifi con otra amiga/familiar que se activa tras la primera falta. Ambas se ponen en contacto y comienzan a analizar el proceso. Pronto escucharás el "pues me ha dicho tal que..."; por ahí vamos bien, un frente menos.

Luego llega el aviso a la familia, amigos y conocidos; ahí sí que entras en primera línea de batalla. Normalmente das la noticia con gusto y una sonrisa, ya llegará la adolescencia para quitártela, de momento disfrutemos, y si no recuerda aquellos maravillosos años tuyos...

El cómo no debería estar claro, en verdad las recetas nunca funcionan. A veces un "voy a ser padre" o "voy a tener un hijo" queda genial, hasta te eriza los pelos, mientras que otras veces tiras por el más cercano "vamos a ser papas". En casas con animales, siempre es un detalle aclarar que vas a tener un "bípedo" o, si no eres escrupuloso, "un humano". Y no faltan los casos en que debieras pedir a tus amigos que avisaran al "equipo de contención vírico-parasitario" porque "te vas a reproducir". Como ves la forma da igual y el momento también, cuando salga, leches, que tampoco tienes una obligación para con la humanidad... y si resulta que la tienes, es un buen momento para que dejen de acostumbrarse.

Solo a veces, la noticia vas a darla a alguien de quien su opinión importa y quieres que sepa que estaréis bien y que saldréis adelante. Ahí, compañero, más aun, dilo como quieras, pero principalmente como tú suelas decir las cosas, a fin de cuentas es a ti a quien van a escuchar.

Hubo uno que dijo: "bueno, queríamos deciros que vamos a tener un hijo. Queremos que sepáis que lo hemos pensado muy bien, que está todo bajo control y estad tranquilos que si vemos que no podemos... nos lo comemos y hacemos otro". A partir de ahí ya no hubo hielo.

lunes, 14 de marzo de 2016

Inicios

Pues sí, estás preñado.

Haya sido buscado, por sorpresa o estrategia de la parienta para hacerse con tus millones (si este es tu caso, es posible que este blog quede un tanto lejos de tu realidad), lo cierto es que una de las tareas más gratas de tu vida ha tenido efectos secundarios. ¡Enhorabuena, congratulations!

Ahora siéntate que viene el vértigo... y una sonrisa de orgullo por haberlo conseguido. Da igual que estés diseñado genéticamente para ello, que la naturaleza, el instinto y tu propia perversión te vayan jaleando, el caso es que se siente cierto tono triunfal... Por eso mismo, ¡Enhorabuena, qué cojones! No vamos a ser nosotros quienes cambiemos el orden de las cosas.

El plan a seguir es sencillamente el siguiente: vamos a ver qué tal nos va la cosa. Sin tener ni puta idea, con un par. Primerizo dicen... pongamos Pionero que nos gusta la épica.

Durante las siguientes entradas veremos qué va pasando sobre la marcha y, quien sabe, lo mismo acabamos pillando algo...

Bienvenido compañero.