miércoles, 20 de abril de 2016

El nombre

Lo tienes: fresco, solemne, con un puntito gamberro y cierto toque señorial sin caer en la grandilocuencia. Vamos, uno de esos nombres con personalidad que sabes que le va al chiquillo como la piel que lo reviste, pero que por alguna extraña razón el resto del mundo no acaba de ver; pobrecillos, no saben lo que hacen.

Sabes que no hay nombre mejor, que de llevar alguno ha de ser ese; solo es cuestión de tiempo que los demás acaben viendo la luz. Es por eso que la mejor solución pasa por hacer que ese nombre forme parte de todo. Nómbralo cuanto antes, lo ideal sería comenzar desde el primer momento en que tengáis noticias de que se está fraguando o, si me apuras, desde que os empecéis a plantear el pergeñarlo.

Los nombres son como la gente, por raros que sean, cuanto más veces los ves, más familiares te resultan, hasta el punto de que acaban formando parte de tu propia visión del mundo.

En lo que a ti respecta donde estuvo el bebé, ahora está "tal". Así, cuando charléis de cómo irá el asunto, habla de cómo irá cuando esté "tal". No dudes en comentar acerca del carro de "tal", la ecografía de "tal", la cuna de "tal", los potitos y los pañales de "tal", la declaración de la renta de "tal"... cualquier momento es bueno.

Sé paciente, sé tenaz, y el día menos pensado comenzarás a oír: ¿cómo va "tal"? Ese primer paso será la confirmación de que vas por buen camino.

¿Y después?

Poco más puedo decirte, salvo recordarte que esto va sobre la marcha. Los pasos nos han traído hasta este punto, el resto es cosa del futuro. 

Solo me queda desearte suerte y esperar que dentro de 9 meses nos tomemos algo tú, tu "tal", mi Boecio y yo.

viernes, 8 de abril de 2016

Anunciamiento

Parece ser que la preñez es algo bastante común y, a la vez, lo suficientemente singular como para que haya que anunciarlo. Así que a uno solo le queda preguntarse: cuándo y cómo se dice.

Al parecer, a partir de las 12 semanas el bicho está lo suficientemente fraguado como para hablar de él sin que dé mal fario. No sé, me da a mí que es tema de hablarlo cuando te dé la gana; sea nada más te lo chive el "predator" ese o cuando el nene tenga 40 años. De todas formas, el primer anuncio lo dará ella; esto no suele fallar. Lleva algún tipo de conexión wifi con otra amiga/familiar que se activa tras la primera falta. Ambas se ponen en contacto y comienzan a analizar el proceso. Pronto escucharás el "pues me ha dicho tal que..."; por ahí vamos bien, un frente menos.

Luego llega el aviso a la familia, amigos y conocidos; ahí sí que entras en primera línea de batalla. Normalmente das la noticia con gusto y una sonrisa, ya llegará la adolescencia para quitártela, de momento disfrutemos, y si no recuerda aquellos maravillosos años tuyos...

El cómo no debería estar claro, en verdad las recetas nunca funcionan. A veces un "voy a ser padre" o "voy a tener un hijo" queda genial, hasta te eriza los pelos, mientras que otras veces tiras por el más cercano "vamos a ser papas". En casas con animales, siempre es un detalle aclarar que vas a tener un "bípedo" o, si no eres escrupuloso, "un humano". Y no faltan los casos en que debieras pedir a tus amigos que avisaran al "equipo de contención vírico-parasitario" porque "te vas a reproducir". Como ves la forma da igual y el momento también, cuando salga, leches, que tampoco tienes una obligación para con la humanidad... y si resulta que la tienes, es un buen momento para que dejen de acostumbrarse.

Solo a veces, la noticia vas a darla a alguien de quien su opinión importa y quieres que sepa que estaréis bien y que saldréis adelante. Ahí, compañero, más aun, dilo como quieras, pero principalmente como tú suelas decir las cosas, a fin de cuentas es a ti a quien van a escuchar.

Hubo uno que dijo: "bueno, queríamos deciros que vamos a tener un hijo. Queremos que sepáis que lo hemos pensado muy bien, que está todo bajo control y estad tranquilos que si vemos que no podemos... nos lo comemos y hacemos otro". A partir de ahí ya no hubo hielo.