miércoles, 10 de agosto de 2016

¡¡¡Grabandooo!!!

-¿Se acordará de todo?

-Sí

-¿De todo, todo?

-Digo yo que sí...

-Entonces mejor dejamos la peli de zombies para otro día.



Al pasar la barrera de la semana 25, parece que ya no hay novedades en el frente, nada reseñable... si te oye tu señora decir eso, prepara la caja, porque seguramente andará con dolores de espalda, hinchazón, molestias varias, ardores, micciones intermitentes, etc. Aunque no las tendrá todas, con que lleve alguna ya tendrá bastante como para que le andes con que ya está todo el "pescao vendío".

Pero la verdad es que la tripa está ahí, ya sabes que el bicho oye, sabes (si has querido) si es él o ella y tienes, si no acabado al menos encauzado, el planning para hacer acopio de los enseres... así que parece que lo único que falta es verlo cara a cara.

Entonces caes en que esas turbulencias estomacales, sorprendentes pero algo lejanas, que te hacían estar una hora mano en tripa como médium intentando recibir señales del otro lado, van aumentando. Ahora el movimiento se empieza a ver desde fuera y algunas de las patadas sobrepasan lo que imaginabas posible para un bicho tan pequeño, hasta el punto de que empiezas a plantearte si no hubiera sido mejor llamarle, en vez de Tal, Strómboli.

Aunque lo más sorprendente de todo es cuando te enteras de que a la criatura se le ha encendido lo que viene a llamarse la memoria primitiva, vamos que tiene el botón de Rec apretado y vuelves a ver el envoltorio de otra forma. Resulta que lo de la memoria primitiva aúna un inicio de raciocinio y la capacidad de retener todo lo que escucha a un nivel, como su nombre indica, primitivo: cánticos, silbidos, tonos, gruñidos, aullidos e invocaciones varias; es decir, se queda con el cómo más que con el qué, pero se queda. Ya no es que te oiga, es que lo que escuche ahora le devolverá las sensaciones de este momento en el futuro. Si cantas muy mal no te preocupes, si llueve no se moja y a estas alturas ya sabe taparse los oídos.

Lo que en definitiva es cierto es que, aunque pensaras que no, tu Tal todavía puede estar más cerca antes de salir y hace que te preguntes qué leches será lo siguiente.

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